viernes, 3 de abril de 2015

ESTÁ PASANDO...

Imágenes, esculturas, en fin obras de arte que datan de hasta cuarenta siglos de antigüedad.
Realizadas por mentes y manos realmente prodigiosas que al crearlas eran incapaces de pensar en dañar a las propias y mucho menos a las ajenas.
El respeto por aquello que siendo material pasaba  y pasa por sensaciones, intuición, instinto y fuerzas inexplicables, que rozan lo inmedible...y mucho más...
Y hoy asistimos perplejos, impotentes, incrédulos y con mucho dejo de rabia y tristeza, que se mezclan en una montaña de sentimientos y sensaciones encontradas que graficaríamos con rayos, piedras y puños cerrados que se hacen juntos cercanos a la misma intolerancia, frente a energúmenos que en pos y nombre de ideologías y religión (ese es el pretexto) arremeten con mazos y martillos para hacer desaparecer ese legado artístico, perteneciente ya a toda la humanidad, que ha llegado a nuestros días, tildando de idolatría a obras que van y están más allá de eso y más acá de pretender ser dioses; y decimos cercanos a la misma intolerancia porque gracias  damos a ponernos un límite que llevamos dentro que nos hace no ser precisamente intolerantes.
¿Qué falta hace una educación para el arte! cosa que parece destinada a unos pocos seres sensibles, lamentablemente.
Que falta hace acercar al mundo el valor del arte, valor que artesanos y artistas nos han regalado a través de siglos, desde el comienzo mismo de los tiempos.
Menos mal que existen, con sus limitaciones y errores, cierto, personas que se encargan de salvaguardar ese legado, y museos que también con sus límites y errores conservan, y muchas veces "esconden" sin tener otra opción, obras, evitando así su destrucción.
Ojalá un día esto no sea necesario.
Que cada día más personas sientan, piensen y se emocionen frente a esa obra , a esa actividad superior del ser humano, hasta el punto de llorar si es preciso.
¿Qué es lo que queda de las civilizaciones con el paso del tiempo? La cultura manifiesta en el arte. Eso nos permite saber de nuestra propia historia, de nuestro propio pasado.
Sin ello sería casi imposible, o sin el casi, conocernos  como especie humana, ¿superior?...