jueves, 13 de diciembre de 2012
martes, 11 de diciembre de 2012
sábado, 8 de diciembre de 2012
miércoles, 5 de diciembre de 2012
domingo, 25 de noviembre de 2012
A NELSON ROMERO
Dijo el novelista estadounidense Scott Fitzgerald que los artistas son individuos que pueden tener dos ideas confrontadas y estar de acuerdo con ambas. Que certeza.
Se nos fue Nelson Romero y con él un talento artístico de esos que pocos poseen.
No es mi intención escribir una "Elegía" como lo hizo Miguel Hernández cuando murió su primer referente y paisano Ramón Sijé porque eso es también capacidad de pocos para plasmar sentimientos a través de la escritura.
La generación de Nelson y las posteriores, y me incluyo, han tenido un referente, virtud también de pocos ser referentes para muchos.
Sabemos que en el Arte como en la vida, nadie posee verdades, por eso la cita de Fitzgerald.
Nelson tenía las suyas.
Pero nobleza obliga cuando uno tiene la dicha que al haberlo tenido como "vecino", lo teníamos al alcance de una visita deseada.
Siempre nos abrió la puerta y como a tantos nos dio algún consejo, aunque era su decir: yo no se enseñar.
Nos enseñó mucho, lo primero el amor y la pasión por el dibujo como manisfestación válida por si misma dentro del Arte. Independiente de otras técnicas. Ese muchas veces considerado arte menor o por lo menos relegado a una categoría inferior.
Fue él quien hace más de treinta años me regaló mis primeros lápices y hojas "profesionales" cuando uno era más que un bruto y más que un ignorante.
Eso es para quien escribe un sentido gran privilegio sumado a una igual sentida admiración.
Siempre. Un abrazo...y Gracias!
Se nos fue Nelson Romero y con él un talento artístico de esos que pocos poseen.
No es mi intención escribir una "Elegía" como lo hizo Miguel Hernández cuando murió su primer referente y paisano Ramón Sijé porque eso es también capacidad de pocos para plasmar sentimientos a través de la escritura.
La generación de Nelson y las posteriores, y me incluyo, han tenido un referente, virtud también de pocos ser referentes para muchos.
Sabemos que en el Arte como en la vida, nadie posee verdades, por eso la cita de Fitzgerald.
Nelson tenía las suyas.
Pero nobleza obliga cuando uno tiene la dicha que al haberlo tenido como "vecino", lo teníamos al alcance de una visita deseada.
Siempre nos abrió la puerta y como a tantos nos dio algún consejo, aunque era su decir: yo no se enseñar.
Nos enseñó mucho, lo primero el amor y la pasión por el dibujo como manisfestación válida por si misma dentro del Arte. Independiente de otras técnicas. Ese muchas veces considerado arte menor o por lo menos relegado a una categoría inferior.
Fue él quien hace más de treinta años me regaló mis primeros lápices y hojas "profesionales" cuando uno era más que un bruto y más que un ignorante.
Eso es para quien escribe un sentido gran privilegio sumado a una igual sentida admiración.
Siempre. Un abrazo...y Gracias!
sábado, 27 de octubre de 2012
jueves, 11 de octubre de 2012
NO ESTAMOS DE MODA
Transcribo unas apreciaciones de Mario Sarabi, artista uruguayo con quien coincido en casi la totalidad de lo expuesto.
Hay veces que se deben realizar comentarios y tomar posturas de forma un poco más diplomáticas, y otras como también hemos escrito algunas veces más punzantes. con un idioma más directo. Por eso comparto las anotaciones de este colega bajo el título que el mismo rezara: NO ESTAMOS DE MODA.
Hay veces que se deben realizar comentarios y tomar posturas de forma un poco más diplomáticas, y otras como también hemos escrito algunas veces más punzantes. con un idioma más directo. Por eso comparto las anotaciones de este colega bajo el título que el mismo rezara: NO ESTAMOS DE MODA.
No estamos de moda
No estamos de moda. Porque pintamos con el mismo énfasis y los mismos problemas que pintaron El Greco, Picasso o Velázquez; porque conservamos la terca tradición de andar ensuciándonos las manos con pinceles roñosos. No estamos de moda porque nos resistimos a comernos la mierda, a lamber el culo gordo de críticos oportunistas que no hacen más que zangolotearse como gusanos hambrientos por el barro de los incapaces y panfletarios que les pagan la cerveza y el pan. No estamos de moda porque nuestra postura anacrónica se niega a que la mera habladuría, retozona e inflada, de los moscardones nos tiña la cara. No estamos de moda porque mientras existamos, los críticos petulantes, los malos artistas que se han dedicado a cultivar palabras hinchadas, manoseadas, cabalmente inútiles, no podrán sentenciar que el arte nace en sus dientes careados de hipocresías dulzonas y golosinas compradas con la plata que se le paga para jurar obras ramplonas, intrascendentes. No estamos de moda porque nos aburrimos ante el urinario de Duchamps y, a cambio, quedamos deslumbrados ante la Noche Estrellada de Van Gogh. No estamos de moda porque somos honestos, y desdeñamos de la glorificación ociosa de las ideas que afean el mundo, que lo pueblan de conceptos facinerosos y amaricados. No estamos de moda porque insistimos que las palabras son asunto de la literatura y no de las artes visuales. No estamos de moda porque los concursos, siempre dirigidos y dictaminados por críticos esnobistas y aplanadores, se han empecinado fieramente en dejarnos afuera, como si con eso fueran capaces de frenar la verdad que el tiempo y la historia les estampará en las narices. No estamos de moda porque en cada reunión, en cada oportunidad, como ésta, sacamos a la luz sus rancias patrañas, la farsa que alimentan y propagan creyéndose inteligentes, la crema cuajada de un postre que se infectó de imbéciles. No estamos de moda porque somos pintores en una jaula de monos, de orangutanes que no se dan cuenta que se están metiendo en la boca de un lobo viejo y paciente; el mismo lobo por el que sus padres ideológicos lucharon, pretendiéndose alejarse y corromper el nidal de sabandijas que es el arte y en el que ellos–los monos de hoy- se metieron de cabeza, de cabezas huecas. No estamos de moda porque no vendemos lo que ellos venden: espectáculo ramplón, show barato, escándalos previsibles. No estamos de moda porque somos conscientes que esos conceptos pueden ser creados con más soltura y rapidez de lo que se necesita para llevarlos a cabo, y no nos atrapan las guarangadas. No estamos de moda porque estamos en la trinchera de las verdades incanjeables, nunca transitorias, que el hombre a descubierto y de las cuales ha dejado registro desde la época de las cavernas. No estamos de moda porque nos resistimos a vendernos a postores desmesurados y crápulas, que nos venden consejos a cambio de aplausos simplones y abrazos zalameros. No estamos de moda porque nunca pusimos los ojos en las modas, porque nos movilizan pasiones intrínsecas e insoslayables. No estamos de moda porque no somos mojigatos ni marquetineros ni lameculos, ni vendemos el rico patrimonio de nuestra dignidad a cambio de diplomas apócrifos y articulitos incomprensibles y dislocados de la realidad. No estamos de moda porque atendemos a pulsaciones naturales, nunca descogolladas de invenciones ociosas engendradas en lecturas frívolas, tontas o simples impactos espasmódicos ofrendados por la TV o Google. No estamos de moda porque sabemos que las modas son pasajeras desagradables y enfermizas de un tren selectivo con sus ocupantes. No estamos de moda porque no nos gusta abrirnos de piernas gratuitamente para obtener un certificado que selle que somos artistas. No estamos de moda porque somos artistas sin que nadie nos estampe el título, la placa comprada en encuentros bobalicones y llenos de estupideces. No estamos de moda simplemente porque somos pintores, artistas, y aborrecemos de esa salsa ácida de los escandalosos sin fundamento. No estamos de moda porque seguimos con los ojos puestos en Cezanne y no en Mc Donalds. No estamos de moda porque las tejedoras mediocres de este tapiz achanchado que se ha tornado el arte, están obsesionadas en que los medios y la eternidad las incluyan y erijan sus bustos panzudos al lado de Caravaggio y Gauguin, a pesar de que nunca lo puedan confesar. No estamos de moda y eso nos deja sin la posibilidad de acceder al beneficio de los premios y las pasantías. Estamos en un hueco temporáneo, porque no estamos de moda. No estamos de moda. Algo bien estaremos haciendo.
viernes, 5 de octubre de 2012
lunes, 30 de julio de 2012
domingo, 15 de julio de 2012
GRACIAS!!!
hay meses que duelen mas que otros
hay dulces, hay amargos,...
y los hay sin sabores,
pero hay meses y ay!
que se van quedando sin color,
y este més se va cebando con nosotros
ay! no hay sonido en este mes pa' tanto dolor...
Rodrigo Senattore
hay dulces, hay amargos,...
y los hay sin sabores,
pero hay meses y ay!
que se van quedando sin color,
y este més se va cebando con nosotros
ay! no hay sonido en este mes pa' tanto dolor...
Rodrigo Senattore
12 de julio de 2012 22:56
UN ANDAR DIFERENTE
Hoy 12 de julio he caminado por Valencia, como tantas veces.
Hoy hemos caminado por Valencia. Busqué sin conseguirlo respirar profundamente.
Hacía mucho calor. Mucho. Te imaginé a vos en ese momento, caminando por las calles del centro de San José. Haciendo mucho frío. Tal vez mucho frío. Demasiado, helado frío. Ese trayecto que hacías casi a diario, últimamente más lento.
Pero no. Yo sabía que no era así.
Entonces otra vez esa constante: la Fe, la falta de Fe, la Fe rota....y nuevamente la Fe...
Esos vaivenes que nos hacen sentir contradicciones reflejadas en pensamientos, ¿por poner más razón que corazón...o al revés?
"Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible, un empujón brutal te ha derribado..."
Pero nada se puede llevar todo súbitamente, nada. Queda todo...algunas cosas con forma de "hueco", pero queda todo.
Y con ese todo tu amor de Madre, y nuestro, ciertamente, avaro amor de hijo...porque siempre queda mucho en el debe.
Dicen que el Alma tiene tercios...la mía se me ha hecho añicos, se que los iré pegando de a poco, se también que ya me faltarán pedacitos.
"En San José, su pueblo y el mío (el nuestro), se me ha muerto como del rayo Amira, con quien (y a quien) tanto quería".
Imagino que estás contenta, que sonríes, que te abrazan todos, todos ellos...y a la vez imagino egoístamente que caminamos juntos. Imagino tu pequeña figura de gran Mamá.
Se que compartes la Gloria.
Pero también tengo derecho a soñar...
Te quiero. Te queremos siempre.
Hoy hemos caminado por Valencia. Busqué sin conseguirlo respirar profundamente.
Hacía mucho calor. Mucho. Te imaginé a vos en ese momento, caminando por las calles del centro de San José. Haciendo mucho frío. Tal vez mucho frío. Demasiado, helado frío. Ese trayecto que hacías casi a diario, últimamente más lento.
Pero no. Yo sabía que no era así.
Entonces otra vez esa constante: la Fe, la falta de Fe, la Fe rota....y nuevamente la Fe...
Esos vaivenes que nos hacen sentir contradicciones reflejadas en pensamientos, ¿por poner más razón que corazón...o al revés?
"Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible, un empujón brutal te ha derribado..."
Pero nada se puede llevar todo súbitamente, nada. Queda todo...algunas cosas con forma de "hueco", pero queda todo.
Y con ese todo tu amor de Madre, y nuestro, ciertamente, avaro amor de hijo...porque siempre queda mucho en el debe.
Dicen que el Alma tiene tercios...la mía se me ha hecho añicos, se que los iré pegando de a poco, se también que ya me faltarán pedacitos.
"En San José, su pueblo y el mío (el nuestro), se me ha muerto como del rayo Amira, con quien (y a quien) tanto quería".
Imagino que estás contenta, que sonríes, que te abrazan todos, todos ellos...y a la vez imagino egoístamente que caminamos juntos. Imagino tu pequeña figura de gran Mamá.
Se que compartes la Gloria.
Pero también tengo derecho a soñar...
Te quiero. Te queremos siempre.
miércoles, 4 de julio de 2012
domingo, 24 de junio de 2012
miércoles, 20 de junio de 2012
A ROBERTO GOYENECHE...
Uno de los intérpretes más sobresalientes
del Tango, si no el más grande...el polaco
Roberto Goyeneche.
martes, 12 de junio de 2012
miércoles, 16 de mayo de 2012
martes, 15 de mayo de 2012
miércoles, 9 de mayo de 2012
viernes, 4 de mayo de 2012
martes, 6 de marzo de 2012
jueves, 23 de febrero de 2012
lunes, 20 de febrero de 2012
viernes, 17 de febrero de 2012
jueves, 16 de febrero de 2012
REGRESAMOS CON APRECIACIONES
He leído algo.
Es una afirmación. Solamente eso. No lo he hecho mucho y mucho menos demasiado.
Algunos han leído más y otros menos. Tomemos un segmento de recta y en sus
extremos pongamos, precisamente opuestos. De lo que sea. En ese segmento nos
movemos acercándonos a los extremos y por eso el ser humano deviene en
creencias, decisiones, gustos, apreciaciones,…en todo y más aún en este tema
que siempre nos toca: el Arte. Y por supuesto también pongamos en ese segmento,
en un extremo leer, y en el otro no leer.
Pero algo hemos leído…y algo apreciamos, y entonces convenimos que también nos alejamos
de la Verdad o la no Verdad. Pero no llegaremos a tocar nunca los extremos de
ese segmento. Sería muy vanidoso de parte de cualquiera.
Más tratándose de la Verdad. Y en este caso de la Verdad en el Arte.
Pero si tenemos y debemos tener apreciaciones. Incluso sin haber leído casi nada, o
nada en extremo para algunos.
Por eso y aquello, al dar con la obra de Antonio García-Trevijano Forte, Ateísmo
estético, Arte del siglo XX (De la Modernidad al Modernismo) (Landucci,
S.A.) consideramos que no sólo es una soberbia historia analítica del arte
plástico del siglo XX, sino que también es un magnífico, valiente y penetrante
ensayo de carácter muy marcadamente apologético. Analiza la Historia del Arte
Contemporáneo, que desde hace cien años padecemos, por una especie de locura
insuflada desde el Poder.
La degeneración inhumana del arte actual descansa en ese fenómeno cultural que se etiquetó como "modernismo".
El modernismo extendió el consenso a todos los sectores sociales que antes estaban
dirigidos por la jerarquía de los saberes, desde la educación escolar, hasta la
sanidad pública, pasando, naturalmente, por la justicia, la ciencia y el arte.
Bajo el imperio de las modas, la ingente masa adocenada carece de gustos estéticos, y
estos dejan de responder a las divergencias de los temperamentos naturales y de
refinamientos culturales. Y se uniforman por la efectividad de la propaganda de
los fabricantes del gusto social.
Para justificar la legitimidad democrática de la igualación de la belleza humana, y
el derecho individual o colectivo al mal gusto, se propaga la falsa vulgaridad
de que el gusto es una cosa personal, tan libre y respetable como los colores,
ajeno por completo a la educación escolar y académica. Pero la sensibilidad
sólo puede igualarse rebajándola, y el color, ensombreciéndolo; …y el temor
aumentándolo.
El daño causado por la demagogia de la igualdad en la jerarquía de los valores estéticos, y en la libertad de elección, no cuenta. Pero lo bello ha sido siempre irreconciliable con el mal
gusto, aunque el modernismo haya derogado esa constante.
La corriente igualitaria del gusto se desliza cuesta abajo hacia las anchas praderas donde
pastan las emociones de las muchedumbres. El pueblo olvida allí que en lugar de
placer, tiene aturdimiento. Y, como le sucede a los poderosos, todo lo suyo lo
encuentra bello. Vive tan alejado de las antiguas formas de la belleza, que ha
tomado por costumbre admirar y someterse a lo que menos comprende. Pues “omne
ignotum pro magnifico est” (Tacitus, De Vita Iulii Agricolae, 30). (Pues
todo lo desconocido pasa por magnífico – Tácito).
El arte “modernitario” se detiene ante las puertas de lo bello. Y no por temor
reverencial a lo clásico. El artista avanzado no las abre para no parecer
antiguo o convencional. Como si fuera una rama de los saberes técnicos, la
estética del “modernitarismo” ha pasado a ser cuestión de especialistas. El
arte actual no representa otra absurdidad que la de sí mismo. Puede expresar
así algo de interés para la comprensión de una vida social sin ideales
colectivos, pero no la estética, ni la sinceridad de las emociones naturales.
Este trabajo de García-Trevijano, nos deja claro que el modernismo trajo el dogma de que la
belleza del arte está en el secreto de sus abstracciones. Cuanto menos
inteligibles, más modernas. El espíritu de los tiempos actuales hace de estos
vanguardistas de la esoteridad críptica en la expresión, los primeros demagogos
del arte. La maravillosa igualdad estética de la abstracción consiste en que
nadie la comprende. Por eso es el arte predilecto de las pseudo-democracias.
Todos lo pueden crear y disfrutar, y nadie entender. El nuevo arte de la
postmodernidad, derivado de la popularidad del consenso, "la belleza está
en lo que gusta al pueblo", alimenta de vanidad aldeana el cultivo
artístico de lo grotesco. El conceptualismo estético empieza donde la inspiración
acaba, y la vulgaridad la anula si el criterio del gusto se democratiza. El
arte no se pondera ni se mide con criterios democráticos.
La corriente elitista del gusto por lo abstracto solo arrastra, pese a la propaganda
persistente de los medios de comunicación, al mudo de los artistas, críticos y
marchantes. Ahí reina el secreto de la belleza que sólo ellos pueden
comprender. Y, como ocurre con los especialistas, se entusiasman con toda
novedosa rareza que aumente un íntimo sentimiento de superioridad mental.
Buscan una fama especial. La que Baudelaire identificó con la gloria de no ser
comprendidos.
Aquí, me refiero nuevamente al inicio: el segmento. En un extremo la figuración, en el
otro la abstracción. Uno tiene siempre algo del otro, o debe tenerlo.
Porqué? Porque la abstracción es una cuestión de grados, siempre ha sido condición
constitutiva del arte. Sin ella no sería posible el conocimiento de lo general,
ni el mundo de las representaciones. Aunque sólo con ella ( la abstracción), y
esa es la perversión del arte actual, no se gozaría de la vida, ni se
reproducirían las emociones.
La búsqueda de originalidad en la temática o en la fantasía, tan común en los artistas e
intelectuales de la segunda mitad del siglo pasado, es signo de impotencia
creadora. La única fuente de originalidad artística, y también del pensamiento,
está en la invención de reglas o perspectivas inéditas con las que recrear o
mirar los eternos temas. Así se fundan los paradigmas del arte y de las ideas.
Sólo eso hace geniales a los autores de lo que antes de ellos no existía o se
veía de otra manera.
Se ha dicho que el Renacimiento devolvió a los artistas libertad técnica e inspiración
exótica, por lo que su arte tuvo una visión retrospectiva de la Antigüedad, sin
incidir en la conciencia de la realidad, y sin influir en las preocupaciones de
la sociedad de su tiempo. Hay algo de cierto en la creencia de que el arte del
Renacimiento fue un hermoso sueño sin propósito moral. Pero esta afirmación no
deja de ser una vaga generalidad. Pues el arte auténtico siempre ha sido tan
inocente como la naturaleza.
Aquellos artistas forjaron las realidades del mundo sensible -morales, estéticas y
eróticas-, con más fidelidad que los estadistas y filósofos, las del mundo
inteligible. Salvo la ciencia, la técnica o la religión, ninguna otra
manifestación del espíritu ha labrado tanta dicha a los hombres como el arte.
Ya lo dijo Santayana, tan admirado por García - Trevijano: "Cuando se considera el
confuso estado actual del (los) gobierno (s) y la (s) religión (es), sirve de
gran consuelo apartarse de ellos hacia cualquiera de las artes, donde lo bueno
es total y finalmente bueno, y donde lo malo al menos no es traicionero".
Por eso, el arte "modernitario" ha devenido fraude y traición.
Si Degas, Cézanne, Matisse, condenaron en vida a los vividores del arte, los espíritus jóvenes deben oponerse, por orgullo de la tradición artística, al ateísmo estético del arte modernitario y a las expresiones farsantes de lo bello. Pues, la juventud consiste en permanecer cercanos a las fuentes de la vida, en zambullirse en lo elemental, para sublevarse, con las espaldas mojadas de naturaleza, contra los artificios que intentan disimular la decadencia de aquellos instintos donde está la génesis del arte.
Finalmente, la irresistible atracción hacia las grandes obras maestras por parte de los
individuos sanos es siempre instintiva y no conceptual. "¿Acaso ama, quien
a la primera mirada no ama?" - se preguntaba Shakespeare.
Continuaremos realizando apreciaciones.
Es una afirmación. Solamente eso. No lo he hecho mucho y mucho menos demasiado.
Algunos han leído más y otros menos. Tomemos un segmento de recta y en sus
extremos pongamos, precisamente opuestos. De lo que sea. En ese segmento nos
movemos acercándonos a los extremos y por eso el ser humano deviene en
creencias, decisiones, gustos, apreciaciones,…en todo y más aún en este tema
que siempre nos toca: el Arte. Y por supuesto también pongamos en ese segmento,
en un extremo leer, y en el otro no leer.
Pero algo hemos leído…y algo apreciamos, y entonces convenimos que también nos alejamos
de la Verdad o la no Verdad. Pero no llegaremos a tocar nunca los extremos de
ese segmento. Sería muy vanidoso de parte de cualquiera.
Más tratándose de la Verdad. Y en este caso de la Verdad en el Arte.
Pero si tenemos y debemos tener apreciaciones. Incluso sin haber leído casi nada, o
nada en extremo para algunos.
Por eso y aquello, al dar con la obra de Antonio García-Trevijano Forte, Ateísmo
estético, Arte del siglo XX (De la Modernidad al Modernismo) (Landucci,
S.A.) consideramos que no sólo es una soberbia historia analítica del arte
plástico del siglo XX, sino que también es un magnífico, valiente y penetrante
ensayo de carácter muy marcadamente apologético. Analiza la Historia del Arte
Contemporáneo, que desde hace cien años padecemos, por una especie de locura
insuflada desde el Poder.
La degeneración inhumana del arte actual descansa en ese fenómeno cultural que se etiquetó como "modernismo".
El modernismo extendió el consenso a todos los sectores sociales que antes estaban
dirigidos por la jerarquía de los saberes, desde la educación escolar, hasta la
sanidad pública, pasando, naturalmente, por la justicia, la ciencia y el arte.
Bajo el imperio de las modas, la ingente masa adocenada carece de gustos estéticos, y
estos dejan de responder a las divergencias de los temperamentos naturales y de
refinamientos culturales. Y se uniforman por la efectividad de la propaganda de
los fabricantes del gusto social.
Para justificar la legitimidad democrática de la igualación de la belleza humana, y
el derecho individual o colectivo al mal gusto, se propaga la falsa vulgaridad
de que el gusto es una cosa personal, tan libre y respetable como los colores,
ajeno por completo a la educación escolar y académica. Pero la sensibilidad
sólo puede igualarse rebajándola, y el color, ensombreciéndolo; …y el temor
aumentándolo.
El daño causado por la demagogia de la igualdad en la jerarquía de los valores estéticos, y en la libertad de elección, no cuenta. Pero lo bello ha sido siempre irreconciliable con el mal
gusto, aunque el modernismo haya derogado esa constante.
La corriente igualitaria del gusto se desliza cuesta abajo hacia las anchas praderas donde
pastan las emociones de las muchedumbres. El pueblo olvida allí que en lugar de
placer, tiene aturdimiento. Y, como le sucede a los poderosos, todo lo suyo lo
encuentra bello. Vive tan alejado de las antiguas formas de la belleza, que ha
tomado por costumbre admirar y someterse a lo que menos comprende. Pues “omne
ignotum pro magnifico est” (Tacitus, De Vita Iulii Agricolae, 30). (Pues
todo lo desconocido pasa por magnífico – Tácito).
El arte “modernitario” se detiene ante las puertas de lo bello. Y no por temor
reverencial a lo clásico. El artista avanzado no las abre para no parecer
antiguo o convencional. Como si fuera una rama de los saberes técnicos, la
estética del “modernitarismo” ha pasado a ser cuestión de especialistas. El
arte actual no representa otra absurdidad que la de sí mismo. Puede expresar
así algo de interés para la comprensión de una vida social sin ideales
colectivos, pero no la estética, ni la sinceridad de las emociones naturales.
Este trabajo de García-Trevijano, nos deja claro que el modernismo trajo el dogma de que la
belleza del arte está en el secreto de sus abstracciones. Cuanto menos
inteligibles, más modernas. El espíritu de los tiempos actuales hace de estos
vanguardistas de la esoteridad críptica en la expresión, los primeros demagogos
del arte. La maravillosa igualdad estética de la abstracción consiste en que
nadie la comprende. Por eso es el arte predilecto de las pseudo-democracias.
Todos lo pueden crear y disfrutar, y nadie entender. El nuevo arte de la
postmodernidad, derivado de la popularidad del consenso, "la belleza está
en lo que gusta al pueblo", alimenta de vanidad aldeana el cultivo
artístico de lo grotesco. El conceptualismo estético empieza donde la inspiración
acaba, y la vulgaridad la anula si el criterio del gusto se democratiza. El
arte no se pondera ni se mide con criterios democráticos.
La corriente elitista del gusto por lo abstracto solo arrastra, pese a la propaganda
persistente de los medios de comunicación, al mudo de los artistas, críticos y
marchantes. Ahí reina el secreto de la belleza que sólo ellos pueden
comprender. Y, como ocurre con los especialistas, se entusiasman con toda
novedosa rareza que aumente un íntimo sentimiento de superioridad mental.
Buscan una fama especial. La que Baudelaire identificó con la gloria de no ser
comprendidos.
Aquí, me refiero nuevamente al inicio: el segmento. En un extremo la figuración, en el
otro la abstracción. Uno tiene siempre algo del otro, o debe tenerlo.
Porqué? Porque la abstracción es una cuestión de grados, siempre ha sido condición
constitutiva del arte. Sin ella no sería posible el conocimiento de lo general,
ni el mundo de las representaciones. Aunque sólo con ella ( la abstracción), y
esa es la perversión del arte actual, no se gozaría de la vida, ni se
reproducirían las emociones.
La búsqueda de originalidad en la temática o en la fantasía, tan común en los artistas e
intelectuales de la segunda mitad del siglo pasado, es signo de impotencia
creadora. La única fuente de originalidad artística, y también del pensamiento,
está en la invención de reglas o perspectivas inéditas con las que recrear o
mirar los eternos temas. Así se fundan los paradigmas del arte y de las ideas.
Sólo eso hace geniales a los autores de lo que antes de ellos no existía o se
veía de otra manera.
Se ha dicho que el Renacimiento devolvió a los artistas libertad técnica e inspiración
exótica, por lo que su arte tuvo una visión retrospectiva de la Antigüedad, sin
incidir en la conciencia de la realidad, y sin influir en las preocupaciones de
la sociedad de su tiempo. Hay algo de cierto en la creencia de que el arte del
Renacimiento fue un hermoso sueño sin propósito moral. Pero esta afirmación no
deja de ser una vaga generalidad. Pues el arte auténtico siempre ha sido tan
inocente como la naturaleza.
Aquellos artistas forjaron las realidades del mundo sensible -morales, estéticas y
eróticas-, con más fidelidad que los estadistas y filósofos, las del mundo
inteligible. Salvo la ciencia, la técnica o la religión, ninguna otra
manifestación del espíritu ha labrado tanta dicha a los hombres como el arte.
Ya lo dijo Santayana, tan admirado por García - Trevijano: "Cuando se considera el
confuso estado actual del (los) gobierno (s) y la (s) religión (es), sirve de
gran consuelo apartarse de ellos hacia cualquiera de las artes, donde lo bueno
es total y finalmente bueno, y donde lo malo al menos no es traicionero".
Por eso, el arte "modernitario" ha devenido fraude y traición.
Si Degas, Cézanne, Matisse, condenaron en vida a los vividores del arte, los espíritus jóvenes deben oponerse, por orgullo de la tradición artística, al ateísmo estético del arte modernitario y a las expresiones farsantes de lo bello. Pues, la juventud consiste en permanecer cercanos a las fuentes de la vida, en zambullirse en lo elemental, para sublevarse, con las espaldas mojadas de naturaleza, contra los artificios que intentan disimular la decadencia de aquellos instintos donde está la génesis del arte.
Finalmente, la irresistible atracción hacia las grandes obras maestras por parte de los
individuos sanos es siempre instintiva y no conceptual. "¿Acaso ama, quien
a la primera mirada no ama?" - se preguntaba Shakespeare.
Continuaremos realizando apreciaciones.
lunes, 13 de febrero de 2012
viernes, 3 de febrero de 2012
domingo, 22 de enero de 2012
viernes, 20 de enero de 2012
martes, 17 de enero de 2012
viernes, 13 de enero de 2012
miércoles, 11 de enero de 2012
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